Todos esperamos con ansias el cálido toque de los rayos del sol sobre la piel, especialmente después del invierno. Sin embargo, tomar el sol y las interminables actividades al aire libre pueden hacer que tu piel seca sea sensible a los efectos de los rayos UV. La piel seca (Xeroderma) es genética. Produce muy poco aceite natural, lo que la deja con sensación o apariencia de:

  • Ardiente y áspera, sensible al tacto
  • Picazón, irritación y dolor
  • Parche seco y grietas
  • Escamosa y roja
  • Estrecha y rugosa

¿Qué le sucede a la piel bajo el clima cálido?

A medida que las temperaturas se vuelven más altas, también el calor se vuelve insoportable. El calor causa que la piel sude, lo que hace que la piel produzca más aceite (sebo) para protegerse. Como resultado, los poros se dilatan y pueden aumentar la apariencia de espinillas y acné en quienes tienen piel grasa.

El calor del sol también puede afectar la capa externa de la epidermis (la capa superior de la piel), conocida como el estrato córneo, que actúa como una barrera para la piel. Esta barrera está compuesta por lípidos y células de piel muerta o en descomposición y tiene una capa de protección que evita que toxinas dañinas ingresen al cuerpo. Si se daña por los rayos del sol, esto resulta en piel seca o irritada. Por esta razón, aplicar protector solar es esencial para mantener la piel hidratada, humectada y protegida de los rayos solares.

Deshidratación

El clima cálido aumenta la pérdida de agua del cuerpo y la piel, lo que lleva a la deshidratación. Esto puede causar irritación en la piel, quemaduras solares y grietas en los labios. La deshidratación puede ser causada por la exposición al sol, el aire acondicionado, la dieta o el frotamiento repetido de la cara. La piel también pierde humedad desde el interior, lo que la hace picar, reseca, arrugada y opaca.

Si estás deshidratado, puedes sentirte mareado y confundido, y tu lengua y boca también estarán secas. La mejor solución para la deshidratación es tomar mucha agua para hidratar la piel por dentro y por fuera. Lleva una botella de agua contigo y sigue bebiendo cada media hora. Toma frutas como sandía y otros jugos saludables que son buenos para la piel. Beber agua también ayuda a eliminar toxinas, desobstruir poros y mantener la piel suave y tersa. Minimiza el consumo de café y alcohol.

Los humectantes también ayudan a hidratar la piel formando vapor que se ventila al aire, creando un ambiente húmedo y mojado que ayuda a mejorar la piel deshidratada. Evita jabones agresivos y exfoliantes faciales, especialmente los que contienen partículas, ya que pueden irritar aún más la piel. Algunos productos en el mercado pueden ayudar a sellar y humectar la piel, formando una barrera protectora para reducir el daño causado por factores ambientales.

Erupción por calor

El sudor, el polvo y el calor pueden obstruir o bloquear los conductos sudoríparos, lo que provoca una erupción por calor. Esto atrapa el sudor debajo de la piel, causando ampollas o bultos que pueden irritar la piel. La erupción por calor también puede causar una piel muy pruriginosa. La erupción se desarrolla por condiciones climáticas cálidas o húmedas. Una vez que el calor disminuye, la erupción generalmente desaparece, pero las formas graves de erupción por calor pueden requerir atención médica por parte de un experto en cuidado de la piel para descartar trastornos cutáneos.

Si sudas mucho, asegúrate de mantener la piel limpia bañándote dos veces al día usando un jabón o gel antibacterial y mantén la piel seca. Si tu piel está irritada, puedes frotar cubos de hielo para enfriarla. Las cremas también ayudan a aliviar la irritación.

Quemaduras solares

La quemadura solar ocurre cuando la piel está expuesta a los rayos UV (ultravioleta), lo que causa daño a la piel. Esto provoca manchas rojas, y tu piel puede sentirse cálida al tacto. La piel puede pelarse o descamarse después de unos días. Para evitar las quemaduras solares, no te expongas al sol. Siempre usa protector solar con SPF 30 o superior en la cara, brazos, piernas y cuello antes de salir de casa. Asegúrate de reaplicar el protector solar cada 4 a 5 horas. Es aconsejable usar ropa que cubra la piel tanto como sea posible, como sombreros de ala ancha y mangas largas.

Hiperpigmentación

Puede ser causada por el clima cálido y húmedo o por afecciones inflamatorias de la piel como el acné o el eczema. Los rayos UV provocan la producción de pigmento melanina en las células melanocíticas de la piel. El calor afecta directamente la piel, causando que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que desencadena inflamación. Esta inflamación hace que los melanocitos produzcan más pigmentos, lo que lleva a hiperpigmentación.

Para prevenir la hiperpigmentación, mantén la piel lo más fresca posible y protége activa y constantemente tu piel del sol, además de exfoliarla. Revisa tu dieta y recibe protección antioxidante semanal de tu suero. Las cremas tópicas ayudan a sanar la hiperpigmentación. Los casos graves requieren tratamientos de láser y rejuvenecimiento de la piel.

Envejecimiento prematuro

Pasar demasiado tiempo al sol puede alterar la barrera de humedad de la piel, reduciendo su elasticidad. También conduce a bajos niveles de antioxidantes que aumentan los niveles de proteínas que destruyen el colágeno. Esto puede llevar a signos prematuros de envejecimiento, líneas finas y piel flácida. Usar tratamientos rejuvenecedores para la piel puede ayudar a restaurar la apariencia juvenil de tu piel.

Acumulación

El aire seco puede aumentar las células muertas de la piel. La acumulación de células muertas puede bloquear los poros. Si esto ocurre, puede evitar que los productos para el cuidado de la piel penetren en la piel, dejándola seca y escamosa. Para deshacerte de la acumulación, elimina las células muertas y los aceites excedentes usando tratamientos no invasivos. La exfoliación física y química ayuda a aflojar y eliminar las células muertas y los parches secos.

Daño por rayos UV

Los rayos UV cambian la piel de varias maneras. Los rayos del sol oscurecen la piel, haciendo que aparezcan pecas. Los rayos UV excesivos también pueden causar hinchazón, arrugas, pigmentación y envejecimiento prematuro. Para prevenir esto, minimiza el tiempo al aire libre. Siempre usa protector solar de amplio espectro, resistente al agua, con SPF 30 o superior durante actividades al aire libre prolongadas. Esto ayuda a proteger la piel contra los dañinos rayos UVA y UVB.

Cómo cuidar tu piel durante el clima cálido

Mantén una buena higiene porque el calor húmedo y cálido favorece la proliferación de bacterias. Comienza limpiando tu piel para eliminar el aceite. Usa un limpiador a base de aceite para controlar el exceso de sebo. Evita jabones agresivos y limpiadores, ya que tienden a resecar e irritar la piel.

Luego, utiliza un buen tónico para restaurar el pH de la piel y proteger su barrera de los rayos solares. Usa productos con ácido salicílico y siempre aplica un protector solar de buena calidad con SPF 30 o superior cuando estés al aire libre. Hidrata siempre tu piel mientras aún está húmeda después de la ducha, y evita duchas o baños calientes, ya que pueden resecar aún más la piel.

Una vez a la semana, exfolia profundamente tu piel para eliminar las células muertas de la piel y otros desechos acumulados. Esto abre los poros bloqueados, reduce el exceso de sebo y aclara la piel. Elige productos no comedogénicos, ya que no obstruyen los poros ni causan brotes. Evita usar maquillaje en climas húmedos; utiliza fórmulas gruesas o grasosas si es necesario.

Si tu piel ha sufrido un daño severo por el sol, busca tratamiento médico lo antes posible. Para más información, por favor contacta Alabama Vein & Restoration Medspa.

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